CARAVACA DE LA CRUZ (Murcia) - CINEMA IMPERIAL (de verano)

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Habría que esperar al fin de la Guerra Civil para que en Caravaca hubiera una terraza estable dedicada a la exhibición de películas. Fue en el año 1941 cuando los hermanos Pedro Antonio y Rafael Orrico, empresarios por aquel entonces del Gran Teatro Cinema, decidieron abrir una en la Gran Vía, en un bancal hasta entonces sembrado de trigo, por lo que tuvieron que pedir un permiso especial para dejar de destinarlo a esta actividad, ya que en aquellos primeros años de la posguerra la producción de alimentos era el objetivo principal. El nuevo cine recibió el nombre de Cinema Imperial y estaba situado junto al Gran Teatro Cinema, lo que les permitía a sus propietarios un rápido y fácil traslado de los proyectores así como la posibilidad de proyectar la película en este Cine en caso de lluvia o mal tiempo. Tenía una gran capacidad, ya que los extremos de la terraza estaban ocupados por una especie de tribunilla, que aumentaba el número de localidades, siendo estas algo mas baratas que las de terraza, y contaba asimismo con un esmerado servicio de bar, circunstancias todas que hicieron que tuviera un éxito enorme convirtiéndose a partir de entonces en el lugar de referencia de las noches estivales caravaqueñas.

En 1956 “La Túnica Sagrada”, primera película en Cinemascope, tuvo un éxito extraordinario, proyectándose durante 4 días. Ese mismo verano se proyectaron también otras 10 películas en este formato: “Rio sin retorno”, “Desiree”, “Demetrius y los gladiadores”, “Lanza rota”, “El capitán King”, “Decisión a medianoche”, “Creemos en el amor”, “El jardín del diablo”, “Como casarse con un millonario” y “Sinuhe el egipcio”, que fue el mayor éxito de la temporada, superando las 10.00 pesetas de recaudación. El Cinema Imperial estuvo funcionando ininterrumpidamente durante casi medio siglo, hasta que a principios de los años 80 (no recuerdo con exactitud si fue en 1982 o 1983) se produjo el cierre, víctima de la crisis que sufrió la exhibición cinematográfica en esas fechas, debido a la aparición de nuevas tecnologías para el disfrute doméstico. Tras permanecer algunos años cerrado, en 1988 el Ayuntamiento de nuestra ciudad decidió alquilarlo y ofrecer en él diversas actividades culturales, fundamentalmente cine, aunque también incluía representaciones teatrales y actuaciones musicales.

La inauguración de esta segunda etapa tuvo lugar el 9 de julio de ese año, proyectándose la película “El último emperador” de Bernardo Bertolucci. Recuerdo esa noche como una de las más estresantes (en este contexto) de mi vida, ya que habíamos decidido utilizar los proyectores existentes en ese cine, que habían sido fabricados a mediados de los años 60 y que, en lugar de lámparas, utilizaban carbones encendidos, formando un arco voltaico, que había que mantener alineados mientras se consumían para conseguir que no decayese la intensidad lumínica. Además de la proyección me encargaba también de la contratación, programación, etc. Estuvimos regentando el Cinema Imperial durante 5 años, hasta el verano de 1993, que fue el último. La fecha señalada para el cierre definitivo fue el 10 de septiembre y, dado mi carácter nostálgico y mi gusto y afición por el cine clásico, decidí que la última película que se proyectara en ese, para mi, legendario local, fuese “Loquilandia”, la divertida y disparatada película que H.C. Potter rodara en 1941, año en que, como ya se ha dicho anteriormente, se inauguró por primera vez esta terraza. El círculo se terminaba de cerrar y el Cinema Imperial se convirtió en historia cerrando definitivamente sus puertas.

Fuente: Francisco Fernández García (Archivo Municipal de Caravaca de la Cruz)

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa