Más imágenes

El primitivo cine Duque de Alba, en la calle del mismo nombre, ha resucitado convertido en un gran centro de hostelería. Cerrado como cine porno en 2015, el sábado reabrió con una formidable transformación que conserva la estructura del viejo cine. En recuerdo a su última denominación, el local se llama ahora ‘Sala Equis’. Se ha salvado de los intentos -que los hubo- de pasar a ser un supermercado.Ya en la amplia entrada se han conservado los marcos donde se colocaban los carteles artesanales que anunciaban la programación pornográfica. Después vemos la taquilla y el gran patio de butacas, ahora centro de local de hostelería con capacidad para unas 300 personas. El derribo los falsos techos ha permitido poner en valor la enorme claraboya, que dota de luz natural al recinto. Siempre como homenaje al uso original del edificio, se ha instalado una gran pantalla sobre la que hay continuamente proyecciones. La decoración me ha recordado una de las felices escenografías que podría firmar Gerardo Vera. En el primitivo anfiteatro se ha habilitado una salita de proyección con capacidad para 55 espectadores en la que se puede ver cine tomando una copa. Este espacio tiene una programación regular de películas. Todo el proyecto interior ha sido desarrollado por el estudio Plantea.Ir a Versión Clásica o escritorioToggle navigation CULTURA Y OCIODe cine X a Sala Equis Jueves 30 de noviembre de 2017Por Antonio CastroA a-Fue el último cine en Madrid que proyectó porno. Pero la sala de Duque de Alba se ha reconvertido en un centro de restauración y ocio. Los otros cines X se convirtieron en un supermercado, el de la Corredera Baja, y una tienda para turistas el de la calle Postas.El primitivo cine Duque de Alba, en la calle del mismo nombre, ha resucitado convertido en un gran centro de hostelería. Cerrado como cine porno en 2015, el sábado reabrió con una formidable transformación que conserva la estructura del viejo cine. En recuerdo a su última denominación, el local se llama ahora ‘Sala Equis’. Se ha salvado de los intentos -que los hubo- de pasar a ser un supermercado.Ya en la amplia entrada se han conservado los marcos donde se colocaban los carteles artesanales que anunciaban la programación pornográfica. Después vemos la taquilla y el gran patio de butacas, ahora centro de local de hostelería con capacidad para unas 300 personas. El derribo los falsos techos ha permitido poner en valor la enorme claraboya, que dota de luz natural al recinto. Siempre como homenaje al uso original del edificio, se ha instalado una gran pantalla sobre la que hay continuamente proyecciones. La decoración me ha recordado una de las felices escenografías que podría firmar Gerardo Vera. En el primitivo anfiteatro se ha habilitado una salita de proyección con capacidad para 55 espectadores en la que se puede ver cine tomando una copa. Este espacio tiene una programación regular de películas. Todo el proyecto interior ha sido desarrollado por el estudio Plantea.El cine ocupaba una de las alas del edificio del periódico ‘El Imparcial’, que ya alberga también otros establecimientos hosteleros gestionados por la misma sociedad. Se inauguró el 21 de junio de 1941 con la película ‘Tras las montañas’. El 8 de marzo de 2015 cerró las puertas tras haber sido cine de clasificación ‘S’ y, finalmente, de producciones directamente pornográficas. Fue el último de este género en Madrid porque el de la calle Postas desapareció en diciembre de 2012. Hoy es una tienda de productos turísticos.Este gran complejo, entre las plazas de Tirso de Molina y Cascorro, con dos paradas de metro muy cercanas y a cinco minutos de la Puerta del Sol, puede convertirse en uno de los principales atractivos de este barrio, necesitado de una profunda regeneración.TEXTO DE LA WEB;M.MADRIDIARIO.COM

Colaborador: Davalet