VALENCIA - CINE PROGRESO (antes Teatro Unión Ferroviaria)

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He aquí un local al que se le podría otorgar el Record Guinness valenciano al cambio de nombre, ya que en sus 64 años de historia ostentaría nada menos que seis: Teatro Unión Ferroviaria, Teatro Cine Progreso, Oriente, San Carlos, Acroy y Junior. El edificio sito en calle Sueca, 22, con salida por Buenos Aires, 2, fue construido en 1917, año de la gran crisis, por la Cooperativa de empleados y obreros del ferrocarril “La Maquinista” de la que era presidente Diego Genís Gil, convirtiéndose en sede del sindicato Unión Ferroviaria que se proporcionó un coqueto salón de actos con platea y pequeño anfiteatro ubicado todo en el patio interior. Entre mítines, juntas generales y conferencias, también había tiempo para celebrar los domingos representaciones teatrales a beneficio de la entidad, siendo conocido el lugar como “Teatro de la Unión Ferroviaria”, dando cobijo a diversos cuadros artísticos locales. En enero de 1922 el local también se anunciaba como Teatro-Cine Progreso teniendo instalado un equipo de proyección silente de la casa Gaumont y Kalee. Los domingos y días festivos a las 9,30 de la noche seguía dando funciones de comedia y zarzuela. A partir de octubre de 1924 la denominación más utilizada era Salón-Cine Progreso y dos años después la Cooperativa “La Ferroviaria” efectuó reformas en el local para dedicarlo sólo a cinema. El 12 de abril de 1928 ofrecía un programa trepidante: “Nada de tiros”, 6 partes, por Tom Mix y su potro Malacara; “Tobillos picarescos”, 6 partes, y una cómica en 2 partes. Y una incidencia que pudo resultar grave; el 11 de febrero de 1931, siendo empresario Jaime Serra Roig, se originó un incendio originado por una chispa desprendida del hornillo que manejaba la esposa del conserje y que fue a caer sobre unos telones almacenados en el cielo raso del cine que albergaba numeroso público, la mayoría niños. Gracias a la serenidad de los acomodadores pudo ser desalojado sin que la alarma ocasionase desgracias, logrando los Bomberos extinguir el fuego. El mes de agosto de 1932 permaneció cerrado aprovechando para instalar cine sonoro mediante dos proyectores de la industria barcelonesa “Orpheo Sincronic”, reabriendo el 3 de septiembre para seguir su marcha con nuevas sesiones en esta modalidad que entusiasmaba al público. El último día del año tenía en cartel “La última jugada”, película con adaptaciones musicales; “La girl del musical”, opereta y “Toda una Vida”, totalmente hablada en español, lo que se miraba mucho. Así, un tanto monótona, transcurría la vida de este cine de segundo reestreno que tendría que afrontar la etapa de la guerra civil, seguramente intervenido por la CNT y UGT. En la posguerra se registrarían cambios entre ellos nuevo nombre: CINE ORIENTE, pero esto es otra historia. 

 

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa