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A finales de los años 50 serían multitud los proyectos presentados para construir cines en España. En concreto éste data de 1959 y lo realizó el arquitecto Manuel Pascual Gimeno para los propietarios Francisco Nácher Lluesa y Jaime Serrano Castellar. Se trataba de un amplio local de planta baja ubicado en el interior de una manzana de viviendas con dos puertas de entrada por Carrera de San Luis, 78, con ancho total de 20 metros, y salidas de emergencia a la calle Rubén Vela con otras dos puertas y 18 metros de fachada. El zaguán de entrada daba al vestíbulo y cinco puertas al fondo permitían el acceso a la sala de proyecciones de 7481 m3, que permitía un aforo de 1360 plazas entre las 33 filas de butacas con hileras a ambos lados de 20 localidades. Al frente la pantalla panorámica frontal protegida por doble cortina y delante entarimado a modo de escenario para futuras representaciones o espectáculos. La cabina, dotada de proyectores marca `Ossa`, se situaba al inicio de la sala y en alto con acceso desde el vestíbulo. Su inauguración podría ser datada en EL 4 de diciembre de 1961. Lo cierto es que la semana del 30 de abril al 6 de mayo de 1962 ofrecía desde las 16,30 horas el siguiente programa doble: `Los hijos del volcán` y `Del infierno a Texas`. A partir de 1976 amplió su oferta a tres películas en sesión continua para volver en 1985 a las dos películas de reestreno. Después de 25 años en los que fue uno de los cines de barrio con más éxito de público -la falta de competencia sin duda influiría-, cerró sus puertas el 12 de enero de 1986. El local pronto encontraría acomodo como salón de bodas y restaurante, SALÓN ROSIÑA y, como ya ocurriera en otros casos, a falta de fotografías del cine, ahí van otras de su actual función hostelera. Algo es algo.

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa