VALENCIA - CINE MAJESTIC (antes ACTUALIDADES)

Más imágenes

Ubicado en el barrio de Sagunto, en la calle Pepita, 7, 425 localidades. Un pequeño local en el Barrio de Sagunto atendía la afición por el cine de la gente de esta parte de la ciudad: el Actualidades. Con este nombre funcionaría en sus inicios el cine de la calle Pepita, 7. Más tarde, en la década de los cuarenta, cambiaría de nombre y pasaría a llamarse Majéstic. Muchas personas mayores todavía recuerdan hoy (1999) haber pasado un buen rato viendo tal o cual película en él. Hablar del Cine Majéstic, en esta zona de la ciudad, es como recordar el tiempo de recreo en el colegio: todos las referencias son de carácter sentido y amable. El Majéstic se pone en marcha en la década de los cuarenta, el propietario del local en esas fechas era Gerardo Vaquero. La idea surgió de la escasez de locales que por esa zona ofrecían cine. No existía ningún otro, el más próximo era el Torrefiel, que estaba situado algo distante y separado por algunas huertas. Gerardo Vaquero arrendó el local al empresario cinematográfico Germán Chirivella Vanaclocha. La programación que podía ofrecer era modesta, pero el público a quien iba dirigida no había tenido oportunidad de verla con anterioridad. El salón disponía de un equipamiento técnico de buena calidad, de la marca Orpheo Sincrónic, procedente de otra instalación, muy usado, aunque bien conservado, capaz de ofrecer aun una buena proyección de la imagen y una aceptable calidad del sonido. Durante la década de los cuarenta el Cine Majéstic no9 ofrecía cine todos los días de la semana. Los días elegidos por su empresario fueron los sábados, domingos y festivos. Su aforo permitía acomodar a 425 personas, repartidas en dos categorías diferentes:300 en preferencia y 125 asientos delanteros. Los precios en la década de losa ños cuarenta fueron: 0,50 céntimos de peseta en los primeros años y las 1,20 pesetas al finalizar la década. Salvador hervás Puchal relevará como empresario a Germán Chirivella, ya en los años cincuenta y le dará un nuevo giro a la programación, además de efectuar algunas reformas al local y que le dieron más prestancia y confort. En el año 1971, José Penedés Peris adquiere el local, que lo explota el mismo como empresario cinematográfico hasta que decide transformarlo en discoteca. Hoy al pasar por la calle de Pepita (1999) aún se pueden ver las huellas de lo que un día fue el cine de barrio. A pesar de que su fachada, camuflada por unos dibujos psicodélicos, hace pensar que que aquello más que un cine fue la mansión de una secta satánica.

Imagen principal y texto del libro VIVIR PARA VER CINE de Miguel Tejedor.

Colaborador: Paco Moncho