VILLARREAL (Castellón) – CINE LA LUZ (Incendio con 69 muertos)
En 1912 Villarreal contaba con unos 16.000 habitantes y con cuatro casinos. En España el cine mudo comenzaba a ser un espectáculo de masas. El Cinematógrafo La Luz no fue el primero de esta población, antes estaba el Cinema Novedades, ubicado en la calle La Murá, siendo su primera proyección “La vida de Jesús”. El Cine La Luz estaba situado en la esquina de la anterior calle, con la de Burriana. Al lado está hoy el Banco de Santander. Eran las 22,30 de un lunes festivo del 27 de mayo y en este salón ya se habían pasado cinco cortos y se decidió poner una nueva película de regalo titulada “Alma de traidor” que constaba de 225 metros. Al llegar a los 70 metros se cortó la cinta y el local se quedó a oscuras. El aparato, un modelo Gaumont con linterna de la marca Pathé, se enganchó y una chispa prendió la película. Cuando el resplandor se reflejó en la pantalla, alguien gritó «¡Más claro!». Y el 'explicador' replicó: «¡Se continuará!». Acto seguido hubo una explosión eléctrica prendiendo fuego a las cintas apiladas y en consecuencia a las maderas dentro de la cabina. Los intentos por huir de las llamas provocó el pánico general; el público trataba de encontrar la única puerta de entrada y de salida que había, la cual era una auténtica cortina de fuego y densa humareda, pues justo en la parte de arriba estaba la cabina de proyección donde se produjo el incendio. Las llamas avanzaron con rapidez en aquel viejo almacén repleto de madera, sembrando el caos. Además, la puerta pequeña que medía 2,24 metros de ancho por 3 de alto tenía las hojas que se abrían para adentro, lo que resultó fatal. En el interior se agolpaban cerca de 300 personas, 100 más del aforo máximo permitido, en un espacio de 90 metros cuadrados. Muchas mujeres y niños murieron en el intento y se arrinconaron en el lado opuesto a la cabina hasta que no hubo remedio. Poco después se desplomaba la cubierta del edificio. El cine se convirtió en una trampa mortal para 69 personas que no pudieron escapar, unas 150 resultaron heridas. El propietario de la sala fue encarcelado y el alcalde procesado como responsable municipal al permitir que el cine funcionara sin licencia. El 30 de mayo se oficiaron los funerales a los que asistieron más de 20.000 personas. El rey Alfonso XII y la reina Victoria Eugenia mandaron telegramas donde se solidarizaban con el dolor de los vecinos de Villarreal. La mayoría de las víctimas fueron enterradas en una fosa común, sobre la cual se alza un monumento que aún se conserva en el cementerio nuevo. Los actos fueron registrados por Francesc Puigvert operador delegado en Barcelona de la casa Gaumont de Paris. Causó una gran impresión en toda España, en unos tiempos en los que el cine no pasaba de ser una atracción de feria. No existían apenas medidas de seguridad, aunque si era conocido el peligro del celuloide, material altamente inflamable, porque ya se habían producido otras desgracias, como la del Bazar de la Caridad de Paris en 1897. Todo esto cambió desde entonces. Como curiosidad decir que este trágico hecho sucedió 42 días después del hundimiento del Titanic.
Fuente: Carmen Herrero, quien investigó a fondo el caso.
Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa