CATARROJA (Valencia) – TEATRO CINE FAUS
El Teatro Cine Faus fue inaugurado el 15 de octubre de 1930, cuando el municipio contaba con 10.675 habitantes. Estaba situado en el Camí Real, 66, a unos quinientos pasos del Progreso y el Serrano, y tenía una artística fachada Art decó con puertas de libro; las taquillas estaban en el hall de entrada separado por una preciosa cristalera con puerta que llevaba a un patio interior con árboles “xinxols” a ambos lados. El pasillo techado llevaba al vestíbulo donde a los lados se situaban las escaleras de subida al anfiteatro y palcos y enfrente estaban las puertas de entrada a la sala de proyección con cómodas butacas y piso de madera. El local era de estilo “a la italiana” con forma de herradura y palcos alrededor en las dos plantas. Hay quien le encontraba parecido con el Teatro Olympia de Valencia. En total 1000 plazas de aforo reuniendo todas las condiciones requeridas por estas modernas salas de espectáculos.
El propietario, Faustino Faus, había preparado una magnífica velada para el debut a cargo de la compañía de Vicente Mauri que venía de triunfar en el Apolo de Valencia, representándose con éxito las populares zarzuelas del maestre Serrano “Los Claveles” y “La Dolorosa”. Otra función para recordar tuvo lugar el 26 de marzo del siguiente año con dos obras notables: “La canción del Olvido” y el episodio de la revolución francesa titulado “La Marsellesa”. Los encargos para esta función se recibían en la “Casa de la Democracia” de Catarroja que había sido inaugurada el 5 de febrero de 1928. Más adelante llegarían otros eventos, como sucedió en 1952 con el espectáculo de variedades “Galas del Cante” con los artistas: Antonio Bustamante, Miguel de Simeón, Paqui Mar, Rosita Amores, Pepito Alegría, Estrellita del Río, Juan Peiró, Conchita del Turia…
Y algunos datos técnicos; el Faus estuvo proyectando cine mudo algo más de un año porque según la revista “Popular Film”, de fecha 07-01-1932, editada en Barcelona, el local había montado un mes antes un equipo pionero de cine sonoro marca “Sincrofilm”, de patente americana alimentado directamente por corriente alterna y con plato sincrónico incorporado para disco de gramófono. Sorprende que escasos tres años después fuese instalado otro proyector sonoro marca “Erko-Cinaes” con banda sonora fotografiada en la propia cinta que pasado el tiempo sería magnética. La razón del cambio, un tanto precipitado, podría estar en el deficiente resultado que ofrecía el sistema de sonido de plato sincrónico, que no era tal, ya que al funcionar por separado la imagen y el sondo muchas veces fallaba. Pensamos que el dueño del Faus, cansado de escuchar los silbidos del público, le daría puerta al “Sincrofilm” con el consiguiente sobrecoste económico.
A mediados de los años 50 el cine estaba arrendado al Sr. Selma cuando se produjo otra reconversión técnica al ser adaptada una pantalla súper panorámica para poder proyectar en CinemaScope. Y, ¡cómo no!, la película del estreno fue “La Túnica Sagrada”. Otros títulos de esa época que quedaron en la memoria fueron, “El diablo de las aguas turbias”, “Flecha rota”, “Horizontes de grandeza”, “El Cid”... A partir de la década de los 60 la empresa se volcó de forma casi exclusiva con el cine adoptando la proyección en 70 mm y programando sesión continua a base de filmes de reestreno. Los entonces niños recuerdan con añoranza la sesión de los domingos por la tarde con películas toleradas, casi todas norteamericanas y de aventuras.
Cuando asomó la crisis de los años 70 el público optó por otras formas de ocio viéndose el cine obligado a cerrar por falta de clientela. Pasado un tiempo reabrió de nuevo sus puertas después de haber llevado a cabo una reforma, básicamente se trató de darle otro aire a la sala quitando todos los palcos para quedar con un toque más moderno y atraer al personal, pero se demostraría que el problema no era cuestión de atrezo. El nuevo arrendatario, Sr. Alandés (después propietario del Cine Regio), programó buenas películas en la reapertura, como “Novecento (1900)” del año 1976, un drama político social de la Italia del siglo XX de 314 minutos de duración; también otras como “Tiburón” y “Rocky”. Y no faltarían las de corte erótico y también clasificadas “S” que eran recomendadas por los críticos más entendidos para subir la libido. Pero, inevitablemente llegaría el cierre definitivo en los primeros ochenta cuando ya había pasado más de medio siglo de andadura.
Posteriormente el Ayuntamiento presidido por el Sr. Chirivella adquirió el inmueble con la intención de reflotarlo y dedicarlo al arte escénico, llegando después al convencimiento de que el espacio no era viable. En 1999 el Cine Faus fue derribado y sus solares están ocupados hoy por un aparcamiento. Una historia más de local favorito y añorado nacido para hacer soñar y divertir al público que acaba de forma pragmática.
Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa