CISTIERNA (León) - CINE MARY
Sólo cinco salas sobreviven en pequeños municipios de Castilla y León y el panorama se presenta complicado, ahora se enfrentan al final de las cintas de celuloide, en 35 milímetros. Santa María del Páramo, Cistierna, Burgo de Osma, Peñaranda de Bracamonte y Pedrajas de San Esteban. En todos ellos se repite la liturgia semanal de ofrecer una única película, proyectada en una gran pantalla y dentro de una amplia sala. Comparten, a rasgos generales, el escaso público, las entradas a 4,5 euros, tres días de apertura -de sábado a lunes- los 'picos' de taquilla en vacaciones o puentes y una parroquia de fieles: un pueblo dentro del pueblo que no quiere vivir sin su cine. La proyección digital supone un desafío y una oportunidad para unos y un adiós para otros. La ventaja: no tiene límite de copias y podrían proyectar los estrenos calentitos; el pero: es necesaria una inversión de 60.000 euros. Miguel A. Vergaz "ELMUNDO.es" contaba esto sobre el Cine Mary de Cistierna. "Cuando Víctor Sánchez Gómez lo inauguró en el año 64, Los Cañones de Navarone resonaron en toda la comarca minera. Ahora su hijo Luis Miguel señala que "no se trata tan solo de los costes del digital. Sino de que en los pocos años de transición que quedan se irán editando menos copias en 35 mm y eso significa que el tradicional retraso con que llegan los estrenos empeorará y la oferta será más limitada". Y a mayor abundamiento esto escribía Isabel Rodriguez en "ileón.com" "Una ayuda, una subvención... necesitamos un empujoncito", comenta Luis Miguel Sánchez, propietario, también junto a su hermano, del Cine Mary, en Cistierna. "Los únicos que quedamos es por arraigo familiar, porque te empeñas, pero tenemos 500 butacas y si llegamos a 100 es con una película importante", asegura. "Nosotros hemos nacido con el cine, y no puede ser que en los pueblos solo haya bares y cafeterías", asegura.
Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa