El Cine Avenida, de Huesca, cerro sus puertas al público después de 40 años, con una sesión en la que se proyectará la película Sonrisas y Lágrimas que estrenó su pantalla en 1967 en una función de carácter benéfico. La entrada (y las palomitas) para el pase especial de clausura tendrá en la taquilla del propio cine el precio simbólico de un euro.La historia del edificio arranca de 1945 cuando Josefina Sopena, viuda de Antonio Pié, solicitó licencia de obras para construir una nave industrial y viviendas en un solar situado en la avenida Martínez de Velasco. En octubre de 1947, la propietaria presentó una nueva solicitud, esta vez con un proyecto del arquitecto José Urzola Estropá, en el que la parte de almacén se sustituía por un cinematógrafo y se elevaba dos plantas más la parte destinada a viviendas. Tampoco este proyecto saldría adelante, y habría que esperar a 1967 cuando Anselmo Pié Sopena culmina el edificio que alberga el cine Avenida, tal como lo conocemos.La sala es rectangular, dividida longitudinalmente por un pasillo que marca el punto de inflexión de las dos pendientes del suelo, con el fin de que la visión sea perfecta desde sus 950 butacas. El acceso a las butacas se realiza desde el vestíbulo por sendos pasillos a ambos lados de la sala, decorados, muy al gusto de la época, con murales pintados de Manuel Lacoma.Tras casi 40 años de exhibición cinematográfica, cerró sus puertas al cine comercial en el 2005, siendo luego utilizada la sala para la celebración de acontecimientos cinematográficos en la ciudad con el patrocinio de la Fundación Anselmo Pié Sopena: Festival de Cine de Huesca, Certamen de Cine realizado por mujeres, la Linterna Mágica, Feria de Teatro, Festival Periferias, y otros.TEXTO EXTRAIDO DE: https://www.google.es/amp/www.elperiodicodearagon.

Colaborador: Davalet