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Debido a la pasión teatral que a lo largo del siglo XIX reinó en España, se constituyó la Sociedad del Teatro Oscense que adquirió la Iglesia de Santo Domingo, desglosada del convento, y cuya adaptación se realizó en 1858. La cabecera del templo pasó a ser zona de escenario, tramoya y bastidores. En el resto del cuerpo de la nave se montó el patio del público, con sus butacas, palcos y plateas. Quedó un pequeño teatro decimonónico de dos alturas y cuyo uso como tal, sala de espectáculos diversos, mítines y posteriormente cinema, duró hasta mediados de los años 40 del siglo XX. Las interesantes fotos retrospectivas que se ofrecen datan de los años 20. Declarado monumento nacional en 1980, sufrió numerosos avatares hasta terminar en estado ruinoso. Las obras, que han contado con un presupuesto de 4,3 millones de euros, han acometido trabajos de consolidación y rehabilitación de este inmueble del siglo XVI que ocupa una extensión de 650 m². El proyecto ha permitido habilitar la nave principal para auditorio, con capacidad para 305 espectadores, mientras que la escena irá ubicada en una edificación añadida, logrando un edificio en el que puedan tener lugar toda clase de manifestaciones culturales, ya sean de teatro, cine, música, danza, recitales, congresos, conferencias, etc., manteniendo un equilibrio entre el trato cuidadoso y de respeto que merece un bien de interés cultural, con las necesidades espaciales y técnicas que necesita un contenedor de espectáculos moderno. Las obras iniciadas en 2009 han sufrido retrasos significativos, pero al final se ha logrado culminar un gran proyecto cultural anhelado durante mucho tiempo. Finalizando mayo de 2013 el teatro estaba terminado y a punto de ser inaugurado.

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa