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Texto literal de un artículo que el mismo autor José Costa Llorén facilitó a una revista: `En 1959, el cura del pueblo me comentó un día que para dar un impulso cultural al publo y ocio formativo para la juventud, podría intentar hacer cine en verano en el trinquete de Juan `El Ferrer`, si este estaba conforme en la utilización de dicho local. Se realizaron las oportunas gestiones, en todos sus pormenores y resultaron todas satisfactorias. Con la prestación de un proyector, de películas de 16 mm de formato medio, que nos proporcionaron los maristas de Denia, empezamos la aventura del cine, un Domingo de verano de 1959, con la desrtacada película QUO VADIS. Resultó un acontecimiento social para aquella época, pues a la hora de la proyección no quedaba casi nadie en casa. Dado el entusiasmo que despertó el cine en el pueblo, con gran sacrificio, emprendí la construcción de un cine de invieerno, el cual inauguramos en Febrero de 1962. Ya metido en el mundo del cine, tomé conciencia de mi labor como empresario cinematográfico y me propuse ofrecer al pueblo el mejor cine posible, a pesar de realizar solo dos pases a la semana. Las leyes de aquellos momentos nos exigían la proyección de tres películas nacionales por cada una norteamericana. Muchas veces tuve que pagarlas sin proyectarlas para conseguir un título extranjero. Y recordando el buen cine de aquellos días, me vais a permitir que os exponga los títulos de algunas películas que tuvimos el placer de visionar: En 1962 destacaron CLEOPATRA, LA CUADRILLA DE LOS 11, ESTA TIERRA ES MÍA, TU Y YO, UN GRITO EN LA NIEBLA, etc.. En 1963, PIJAMA PARA DOS, ATRAPA AL ALDRON, DUELO DE TITANES, EL HOMBRE QUE SABÍA DEMASIADO, EL ULTIMO TREN DE GUN-HILL, MI DULCE GEISHA, GUERRA Y PAZ, etc. En 1964, PLAN 402, DESAYUNO CON DIAMANTES, ESPÍA POR MANDATO, LA MUJER X, EL PROFESOR CHIFLADO, LA TABERNA DEL IRLANDÉS, SAMANTA, EL MUNDO DE SUSY WONG, etc. Y así, con el mejor cine de aquellos momentos llegamos al año 1975, donde tuve que darlo de baja por la escasa asistencia de público. Por aquellas fechas, en casi todos los hogares de Jesús Pobre, había televisión. La gente mayor se quedaba en casa viendo los programas de TV y los jóvenes se iban a las discotecas de los alrededores, y el cine se quedaba vacío. `

Texto de José Costa Llorens

Colaborador: Paco Moncho