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El famoso tenor Vicente Sempere Bernabeu fue muy apreciado en Onil. El 15 de agosto de 1929 puso en escena en este teatro la ópera `Marina`. Este es el único espectáculo teatral que hemos encontrado de este local en el blog de Francisco Mira Vilaplana `Vilaplana Sousa`. En el capítulo dedicado a los cines de su ciudad el autor se centra en describir todo lo relativo al llamado séptimo arte. Así, extractamos lo escrito sobre el Teatro Cervantes que estuvo ubicado en la Avda. de José Antonio, 1. En los tiempos del cine silente durante la proyección tocaba una orquesta y la máquina de proyectar solía calentarse, por lo que se imponían algunos descansos. Las películas venían en tres o cuatro rollos y en cada cambio había un descanso de unos tres a cinco minutos. Años después se instalaría un moderno proyector `Ossa` que vendría a solucionar estos problemas. El local tuvo como operadores de cabina a Luís el Fuster, y después al tio Melasa. Las primeras películas de la posguerra que se recuerdan eran españolas: `Suspiros de España`, `La Tonta del Bote`, `A mi la Legión`... Después llegaría Jorge Negrete en "Allá en el rancho grande" y la gente comenzó a cantar sus corridos mejicanos, y el gran Tyrone Power entusiasmó con "El signo del Zorro". Poco a poco el cine USA fue entrando en España: `Cantando bajo la lluvia`, "La tragedia de la Bounty", `El último refugio`, "Duelo al sol`... Los domingos y días festivos era costumbre acercarse a ver la cartelera que estaba colgada en la pared del cine y surgían los comentarios, haciendo planes para la tarde. Los fines de semana las butacas eran numeradas y entre semana, los miércoles, sin numerar. Los precios oscilaban entre 2 pesetas butaca platea y palco; 1,50 pesetas asientos delanteros y 1 peseta "el gallinero". Se sigue citando cine del bueno que proporcionó por aquellos años el Teatro Cervantes: "Que verde era mi valle", `Suez`, `Sansón y Dalila`, `Los diez mandamientos`... Y cómo no recordar las cintas cómicas de los Hermanos Marx, el Gordo y el Flaco, Charlot y más tarde Cantinflas pues todas tenían muy buena acogida entre los espectadores. En 1946, 1947 había restricciones de luz, entonces se enganchaba ésta a un cable del motor de la fábrica de Molina, pero la voz no se oía con claridad. El 23 de abril de 1954, abrió sus puertas en Onil el moderno Cine Avenida. Desde ese día el Cervantes prácticamente dejaría de proyectar largometrajes. Fue su jubilación. La ubicación del teatro sería hoy, Avd. Constitución, donde está la cafetería Tizzio, frente al Hotel Onix, como reflejan las fotos que hemos extraído de Google.

Colaborador: Severiano Iglesias Tortosa