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La regulación definitiva del asociacionismo y el funcionamiento de los cineclubs llegó en 1963 con la llamada `Ley Fraga`. Ese año había en España 1323 locales y muy pronto se pasó a 2240. El Centro Escolar y Mercantil, dependiente de la Congregación Jesuita fue fundado en 1912 por el P. José Conejos y tenía su sede en la actual Plaza de Vicente Ferrer, conocida popularmente como `de los Patos`, por las alegorías de su fuente central. Cristóbal Sarrias pasó a ser director del CEM entre los años 1961-1975, siendo el creador y `alma máter` de este cine club ubicado en el local del Sindicato de Estudiantes, así como de otros promovidos por la Iglesia, como el vecino S.A.R.E. instalado en la antigua Iglesia de San Juan del Hospital. La proliferación de cines vinculados al clero auspició la aparición de la cartelera de espectáculos S.I.P.E. (Servicio Información Prensa y Espectáculos), financiada por los jesuitas y en la que la critica cinematográfica era vista desde la perspectiva humanista. Ahora se explica por qué no aparece nada de este cine en las carteleras tradicionales `Bayarri` y `Túria`. He de admitir que yo nunca estuve en este local, por eso me viene muy bien echar un vistazo al reportaje sobre Cine Clubs que Julio Melgar publicaba en el diario `Las Provincias`, de fecha 09-04-95. Bajo el subtitulo `El Cine Club Luz de SIPE se pone de moda`, recogemos sus impresiones sobre el mismo y algunos de los títulos de películas que se proyectaron y que nosotros reproducimos en forma de programa en el álbum de imágenes. El Cine Club La Luz funcionaba generalmente los sábado por la tarde y en 1965 programaba ciclos de películas muy interesantes como aquél dedicado a Directores Norteamericanos; Mankiewicz, Delmer Daves, Zinnerman, Mann, Ford... `Algunas de ellas las pude ver allí por primera vez, no sin cierto sufrimiento. Todas en blanco y negro, aunque fueran originariamente rodadas en color. Proyectadas en aparato de 16 mm. con frecuencia exasperarte; se estropeaba y patinaban las imágenes. La visión de `El salario del miedo` resultó una tortura. Ser cinéfilo , exigía espíritu de entrega y mucha paciencia. Salir de la confusión más o menos subconsciente cuesta mucho. Ver claro, no es sólo cuestión de graduarse la vista.` El magnífico edificio con gran escalera principal que albergaba este cine club en su salón de actos está gestionado hoy por la Generalitat que lo remodeló a comienzos de los años 90 para dedicarlo a anexo de la Diputación a Servicio de Gestión Tributaria. La Burocracia pura y dura todo lo engulle.

Imágenes y textos de Severiano Iglesias.