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En 1962 comenzaron las obras en un solar de 42 m2 ubicado en la calle Castillo de Benisanó, 17-19, para ser vallado con ladrillo macizo y sobre suelo de arena pedregosa construir un cine de verano con aforo de 560 plazas, siendo el presupuesto de 35. 000 pesetas. El promotor fue José Pascual March y el arquitecto Vicente Aliena Goiti. Las taquillas y puertas de entrada daban a un callejón que entonces era prolongación de la calle Velázquez, después desaparecido. En esta parte estaba la cabina de proyección y rebobinado donde se instaló un proyector. La misma se alzaba sobre cuatro pilares rectangulares siendo el techo de Uralita y en la base se ubicaba el bar. Entrando, a la izquieda, estaban los servicios. La pantalla era de grandes dimensiones construida a base de bovedillas de cemento teniendo colgados a ambos lados los altavoces. Como medida de seguridad en la parte de detrás, ya fuera del recinto, se dejó un terreno sin construir de unos 8 metros que lindaba con la calle Mosén Jordi. Se intentaba tapar la visión desde la parte recayente a la calle Castillo Benisanó con árboles plantados en el interior de la tapia colocando entre ellos trozos de lona. El lado opuesto estaba resguardado por edificios y casas con fachada a la calle Pintor Stolz. El lugar estaba situado en el distrito de Olivereta, hoy Nou Moles, entre Avenida del Cid y próximo al Barrio de `La Aguja` teniendo a muy poca distancia, por un lado, la Cárcel Modelo y, por otro, el Pabellón Deportivo `Marcol`, que aparece en la foto de inicio de la calle. Fue inaugurado en la temporada de 1963, siendo Vicente Pascual López su principal gestor y operario; aquilaba y recogía las películas y luego las proyectaba en sesión doble. Era el único local de la zona dedicado a cine de verano, muy próximo estuvo funcionando durante un lustro el Cine Castilla. Como anécdota digamos que en una ocasión el local llegó a acoger la actuación del famoso cantante valenciano Bruno Lomas, contratado para la ocasión por la Falla de Pintor Stolz. Su andadura no sería larga y cerraría sus puertas creemos que en 1971, aunque el local, tapiado y con su pantalla y cabina, permanecería abandonado hasta el 2005 en que sería demolido para construir dos edificios de viviendas. (Dibujo onírico del autor)

Texto de Severiano Iglesias Tortosa.